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  • Foto del escritorBetts Sims

2. Juzgar...

La cabellera rubia larga y sedosa de Aileen fue lo que atrajo al hombre que caminaba unos metros por detrás de ella. Sus intenciones no eran las mejores, eso estaba claro.

Ya llevaba unos minutos siguiendo a la joven y en cuanto pudiese, la cogería por sorpresa y haría con ella lo que él quisiera.

Aileen que estaba sumergida en sus pensamientos, no se daba cuenta de nada. Era tarde y acababa de salir de trabajar. Todas las tardes, durante cuatro horas, trabajaba como dependienta en la tienda de una gasolinera. No era el mejor trabajo del mundo, pero le daba para sus ahorrillos y algún que otro capricho.

Alguien le puso una mano en el hombro y esto hizo que saliese del trance.

-Eh, rubita, ¿quieres pasar un buen rato conmigo?

-Pues mira no, y menos con un baboso como tú. Aparta tus sucias manos de mi.

-Vamos, no seas tan estrecha, ya verás que bien lo pasamos juntos. Tengo mucho aguante ¿sabes?

-Que te he dicho que no! Suéltame!

-Estate quietecita, coño! Será lo mejor para ti.

Aileen, que habia sacado un spray de pimienta se lo acercó a la cara de manera desafiante. Siempre llevaba uno encima, por lo que pudiera pasar.

-¿Te crees que eso me da miedo? Muy valiente eres tu, chica.

Y Aileen, sin pensárselo dos veces, apretó y el spray salió directo a la cara del hombre.

-Ahhhhh! Hija de puta! Estás loca!

-Jódete, cabrón...Qué te creías?


Y después de eso, salió corriendo como alma que lleva el diablo.

El hombre se quedó ahí, maldiciendo a la rubia y cagándose en lo más grande. Para colmo, estaba empezando a llover y parecía que iba a ser una tormenta de las grandes.


Y ella sin paragüas.

Un rayo rompió el silencio de la noche y Aileen se acojonó bastante.


Joder, aún le quedaba bastante para llegar a su casa y con la que estaba cayendo llegaría empapada. Necesitaba meterse en algún sitio para cobijarse un poco.

Delante suyo había un edificio y este tenia la puerta entreabierta.

La tormenta sorprendió al hombre que, dentro de la iglesia, rezaba. Llevaba ya varias horas de ese Domingo en la iglesia y lo único que le apetecía era llegar a casa, quitarse la ropa y beberse un whiskey bien cargado. Porque sí, porque los curas también bebían alcohol.

Pero él no contaba con la visita que acababa de entrar a la iglesia. Joder, si es que no iban a dejarle tranquilo.

Aileen empujó con las dos manos la pesada puerta para cerrarla.


Suspiró, aún con la adrenalina disparada, y dejó escapar una maldición por su boquita de labios rojos.

-¡Me cago en la puta!

-Esas palabras no debes decirlas, aquí_ Una voz masculina, profunda y tranquila la hizo sobresaltarse de nuevo_

¿Aquí? ¿Dónde se había metido?

Y fue entonces cuando mirando alrededor descubrió que se había metido en una iglesia. ¡Fantástico!

Aileen dio un giro para encararse con el cura, esperaba encontrarse con un hombre mayor, calvo, barrigón y con cara de pocos amigos.

Cuál fue su sorpresa cuando sus ojos verdes se encontraron con un hombre que para nada tenía aspecto de sacerdote. ¿Qué coño hacía un hombre así en una iglesia? ¿Acaso el Diablo había poseído el cuerpo del hombre feo y calvo que en su mente se había imaginado y lo había transformado en lo que sus ojos veían?

-¿Dónde está el cura? _preguntó Aileen.

-Lo tienes delante ¿Estás ciega?

-¿Tú? _le señaló Aileen con cierto aire despectivo.

-¿Ves a alguien más aquí? _Ian levantó una ceja.

Otro trueno resonó y Aileen chasqueó la lengua. La tormenta iba para largo.

-Joder y yo sin paraguas. ¡Mierda!

-Puedes quedarte aquí, si quieres, hasta que deje de llover. Además, si has entrado será por algo ¿no? ¿Algún pecado que confesar? _Ian sonrió levemente, casi imperceptible para el ojo humano_

-¡Ni de coña! He entrado porque me estaba persiguiendo un baboso y no sabía dónde meterme. Ni siquiera sabía que esto era una iglesia.

-¿Y qué te pensabas, que te habías metido en una biblioteca? _Ian rió para sus adentros.

Aileen miró en silencio al hombre. ¿Se estaba burlando de ella en toda su cara? Eso parecía.

-¿Estás bien? ¿Te han hecho daño?_ preguntó, Ian.

-Se defenderme muy bien _alzó las cejas en un gesto algo insolente.

La lluvia caía cada vez con más fuerza y, Aileen, se replanteaba seriamente el quedarse allí dentro hasta que amainase un poco.

Ian tenía ganas de marcharse de una vez, pero no podía irse y dejar la iglesia abierta por la noche. Y mucho menos podía dejar a la chica ahí sola. No era lo correcto, ya no como sacerdote, si no como hombre y persona. Sería muy descortés.

-Creo que me quedaré un rato, si no te importa. _dijo Aileen mirando fijamente a Ian con expresión entre la disculpa y la vergüenza_

-Claro, no te preocupes.

Eran las nueve de la noche y dentro de esa oscura iglesia se encontraban dos personas que no podían ser más dispares entre ellas. El destino a veces era caprichoso. O como diría un buen sacerdote: Los caminos del Señor son inescrutables.

Eso de tener que esperar a que la tormenta amainase no era muy divertido. Además, tenía ganas de orinar, y de paso aprovecharía y se cambiaría de ropa.

Aileen estaba ensimismada en su mundo, parecía que dibujaba algo en una libreta.

Siempre llevaba consigo un bloc de dibujo y un estuche con lápices. Le encantaba dibujar, era como una vía de escape.

Ian se dirigió a la pequeña sacristía. Era el lugar más frío y húmedo de toda la iglesia. Empezó a desvestirse para cambiarse de ropa.


Aileen, levantó la vista y advirtió que el señor cura no estaba. Frunció el ceño pensando en si él se había largado y la había dejado ahí sola. Cosa poco probable, pero ese pensamiento fue el primero que le vino a la mente.

Caminó por el pasillo central de la iglesia hasta llegar casi al altar. Un altar que por cierto daba más miedo que confianza. Estaba desgastado y el mármol con el que lo habían hecho era oscuro y tenía un aspecto algo tétrico. Aquella iglesia parecía más bien un lugar en donde se realizaban sacrificios humanos. Era demasiado oscura, demasiado antigua. Se preguntó si ahí acudía gente para escuchar el sermón o más bien para invocar al demonio.

El sonido del agua correr la sacó de sus pensamientos y giró la cabeza hacia la izquierda, de donde provenía. Vio una puerta entreabierta.

Aileen, curiosa como era, no pudo evitar aproximarse a la puerta y acercar ligeramente su cara para ver qué sucedía dentro de la estancia.

Cuál fue su sorpresa cuando sus ojos verde jade descubrieron al hombre, desnudo de cintura para arriba y con el rosario colgando del cuello.

¡Por el amor de Dios! Y nunca mejor dicho...

Ese hombre era pecado puro. Su brazo derecho estaba todo tatuado, su torso, que veía a través del espejo, definido pero sin llegar a la ordinariez estaba salpicado por una línea de vello oscuro que descendía hasta su ombligo.

No quería seguir mirando, pero le era imposible apartar la mirada de ese cuerpo esculpido por los Dioses o, ya puestos, por el mismísimo Diablo.

El teléfono de Aileen comenzó a sonar y resonó en toda la iglesia.

Se sentía avergonzada para con ella misma, pero la curiosidad mató al gato, que dicen, y pudo más que ella.

Salió corriendo de allí.

Ian salió de la sacristía y miró hacia el final de la iglesia esperando encontrar a la chica. Pero no había nadie. Se encogió de hombros murmurando algo entre dientes y se acercó a donde ella había estado sentada. Vio un bloc de dibujo.


-Ya volverá a buscarlo, digo yo....Lo guardaré por si acaso.

-Es usted el cura de esta iglesia? _Una voz masculina interrumpió los pensamientos de Ian.

Dentro del edificio había un hombre que pocas pintas de ser católico tenía.

-Si, por? _Preguntó Ian, mirándole.

-Me gustaría confesarme, padre.

Y no supo bien porqué. pero le creyó. Ya iba a cerrar pero ¿Qué mas daba?

-Esta bien, me cambio de ropa y te confieso. Ven. acércate.


Gracias infintas a Miri por prestarme a Abel. Vamos a verle mucho por aquí.

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13 Comments


Unknown member
Dec 07, 2021

Ay señor.... Yo también quiero confesarme 😍😍

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Diana Jimena Alvarez
Diana Jimena Alvarez
Dec 06, 2021

Bueno, hay que aceptar la realidad y este cura no es una flama caliente ¡¡Es un incendio ardiente!! ¡¡Tiene la P de papasito por todas partes!! ♥️♥️♥️ Uffff y Abel pero qué hermoso estás hombre.

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Betts Sims
Betts Sims
Dec 06, 2021
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Jajajaja si, es un cura algo fuera de lo norma. Que vamos, yo no soy creyente, pero veo a semejante cura y creo en lo que haga falta jajaja

Abel es otro papasito sexyy 😍

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Nei Draven
Nei Draven
Dec 06, 2021

Me encantaaaa!!!! Ya le he cogido cariño a Aileen 💜 y que guapísimo sale mi hermanito 😊🤘🏻

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Betts Sims
Betts Sims
Dec 06, 2021
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Aileen es peculiar, pero yo la quiero mucho. Me encanta ese caracter infantil y guerrero que tiene.

Y bueno Abel...es un cachito de pan, yatusabesh

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Mary Msulsul
Mary Msulsul
Dec 06, 2021

😳 esto esta interesante...

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Betts Sims
Betts Sims
Dec 06, 2021
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Y mas que se pondrá....

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mirisims
mirisims
Dec 06, 2021

Me da a mi que en esta historia van a pecar mucho...😈

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Betts Sims
Betts Sims
Dec 06, 2021
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Muuuucho muuuuuchooooooo...como lo sabes jajaja

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